Este artículo lo escribo en relación a unas declaraciones del Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, en las que ha asegurado que "el deporte y, sobre todo el fútbol, está masculinizado y ésto es algo que se debe cambiar".
Quizás es cierto que dentro del lenguaje deportivo es muy frecuente escuchar expresiones que tienen más que ver con el género masculino que con el femenino en el mundo del deporte y que nos cuesta mucho asimilar que el deporte es tan femenino como masculino, que el deporte no entiende de sexo y que ésto es algo que hay que hacer entender a los más pequeños desde el principio.
A mi entender el lenguaje deportivo tampoco es lo más importante porque si el lenguaje es así debemos de aceptarlo sin la necesidad de cambiarlo; otra cosa muy distinta es ya la de aceptar, de una vez por todas, que el género femenino es tan importante como el masculino en este mundillo. Para comprender esto solo nos tenemos que centrar en los últimos resultados deportivos de las chicas en cualquier tipo de competición ya sea atletismo, baloncesto, balonmano...
Por ello simplemente decir eso, que nosotros como maestros (o futuros maestros) estamos en una posición privilegiada para cambiar desde la base este comportamiento e igualar cada vez más ambos géneros.
El enlace de la noticia en la que aparecen las declaraciones de Lissavetzky es el siguiente:
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